logotipo
Julio Ferro
Todos nosotros hemos diseñado nuestro propio logotipo Al aprender a escribir lo que primero hemos garabateado, sin duda, es nuestro nombre. En estos primeros trazos volcamos toda nuestras vivencias, experiencias y también toda nuestra cultura visual recogida durante nuestros primeros cinco o seis años de vida. En estos años hemos observado todo con detenimiento, por eso al escribir nuestro nombre buscamos nuestra propia identidad, inmersa dentro del gran o pequeño contexto de nuestros compañeros de grado: Yo soy único e irreemplazable. Además todos tenemos “personalidad”. Los productos y las organizaciones también. El diferenciarse del resto es quizá la característica con más peso dentro del desarrollo de un logotipo. Nadie es igual a nadie y por extensión ninguna identidad debería parecérsele a otra. el logotipo nace de la mano de la Revolución Industrial Ya no es el artesano quien nos brinda su obra, sino que por medio de la mecanización los productos son concebidos en serie. De esta manera la estandarización “democratiza” al consumo. La firma del artesano, como indicador de calidad, valor, origen y de fiabilidad, respalda a sus productos. Todos los consumidores de los productos de tal o cual artesano conocían de sus habilidades, de los usos y recursos de la materia prima. Además cualquier reclamo era solicitado directamente a esta persona. ¿Quién no conocía a Mr. Downbry, el fabuloso productor de porcelana? Hoy por hoy, ¿alguien conoce o sabe de la existencia de algún tal Mr. Kenwood? El logotipo surge de esta necesidad de respaldar a los productos producidos en serie. Funciona como la firma de aquel artesano que todos conocíamos, para volver a depositar en él nuestra confianza como consumidores sin siquiera conocerlo. De esta manera un logotipo es un mensaje abreviado de todos los valores de una marca. Durante el desarrollo de esta gran explosión se consolidan marcas como Kodak, Campbell y Twiggins, marcas que existen hasta nuestros días y que poseen otras dos cualidades que debe tener un buen logotipo: ser recordable y resistir el paso del tiempo (o de las modas). El logotipo de la Coca Cola subsiste estoicamente al tiempo. Seguramente podemos adivinar en que época fue concebido; pero desde su creación, los “toques” que se le han hecho son tan imperceptibles que no podríamos darnos cuenta a ciencia cierta de cuáles han sido esos cambios. Esta es otra de las cualidades de un buen logotipo: responden a un tiempo de concepción. Son de una época y de la cultura y, por qué no, de las actividades económicas de una época. Hoy vemos como muy viejo al logo anterior de Pepsi, sin embargo, entre aquél y el actual hay sólo veinte años de diferencia. Un logotipo también es un valor agregado del producto. ¿Alguien compraría un perfume de Kenzo si viniese sin su etiqueta? Sin duda lo veríamos como falso, y dentro del mismo rubro de los perfumes, ¿alguien compraría el perfume de Kenzo si viniese bajo la etiqueta de Polyana? Un logotipo o una marca pueden ser por sí solos un índice de calidad o valor. Dentro de la diversidad de ofertas el consumidor tiene una gran diversidad de opciones. Las marcas aparecen como haberes valiosos ante la decisión de una compra: cuando compramos leche La Serenísima en su cartón con su logotipo, la llevamos con tranquilidad, ya que con la mera aparición del logotipo se está indicando que ésta es su garantía. Las marcas y los logotipos, los medios por los cuales las organizaciones comunican y distinguen sus productos o servicios, sirven, pues, tanto a los intereses de los propietarios como a las necesidades de sus consumidores. También está claro que son para sus propietarios un fuerte incentivo para mantener la calidad. Pero la función clave de un logotipo es la de identificar. Por lo tanto un logotipo debe ser distintivo. No es poco frecuente que muchas empresas adopten los mismos estilos de las marcas o logotipos que usa todo el mundo. Esto supuestamente aseguraría el vínculo de la comunicación entre el consumidor y el producto. Tomemos un ejemplo: la gran mayoría de las marcas de té que circulan por el mercado remiten al estilo del más puro inglés, con todo lo que esto significa (five o’ clock tea, lo distinguido de tener algo inglés, etc.). Obviamente la pertinencia del lenguaje que ha de utilizar el diseñador es la que asegurará la aceptación y eficacia del mensaje. Por ejemplo, un estilo de logotipo con reminiscencias a lo tecnológico estaría fuera de lugar en el caso de una lencería, donde sería más pertinente operar en lo sensible. Por todo esto es que el diseñador gráfico no es sólo un dibujante, ya que deberá recabar el máximo de información sobre el trabajo al cual ha sido encomendado para remitirse al mismo y asegurar el correcto funcionamiento y comunicación de su obra, de la cual es su creador y donde pondrá a prueba su capacidad para brindar soluciones. En síntesis, podemos decir entonces que un logotipo es una abstracción de conceptos vertidos tipográficamente, con la suficiente capacidad de ser altamente pregnante y que proporciona una identidad distintiva. sobre el diseño de logotipos “Trabajar con tipografía significa una constante preocupación por la abstracción de las formas de las letras. El diseñador se siente desafiado cuando tiene que concebir el logotipo de una compañía, a excepción de las marcas registradas que son frecuentemente creadas a partir de la base de formas tipográficas. En otros casos uno se presenta con la posibilidad de crear una nueva forma estética de la cual se desprende como característica principal la de ser reducible al mínimo de su legibilidad.” Adrian Frutiger clasificación Intentaremos una sencilla clasificación sobre los logotipos en cuanto a su aspecto textual, ya que clasificarlos por su morfología sería prácticamente inagotable. Como describiéramos anteriormente, el origen del logotipo se basa en la propiedad, y específicamente en el propietario o responsable de un producto. Este tipo de logos se basan en las firmas auténticas y en la utilización textual de las mismas sobre sus productos o mercancías (Kellogg’s, Wilson, Levi’s). Con el transcurso del tiempo, estas rúbricas adquirieron valor como marcas y debido a la producción en serie de dichos productos, la utilización del logotipo requería de una normalización para ser aplicado tanto en envases como en anuncios y carteles transformándose en un logotipo de carácter distintivo. Hoy en día aún se mantiene el concepto de la utilización de un nombre como índice de valor directamente ligado al productor como responsable de la calidad del producto, pero con un carácter y tratamiento de diseño específicos (Braun, Pirelli, Kenwood). Llamaremos a este tipo de logotipos, nominales. Muchas marcas, debido a la extensión de su firma, se han contraído a sus iniciales para transformarse en siglas mucho más recordables. Son los casos donde la marca describe sus actividades (Yacimientos Petrolíferos Fiscales, International Bussiness Machines, Japan Victor Corporation), sus organizaciones (CGT), o bien la conjunción de sus socios. Pero este tipo de logotipos-contracciones no sólo se limitan al recorte de sus iniciales. Es el caso de Coca Cola, cuya marca se está contrayendo a Coke. También existen logotipos que resultan de la asociación del nombre más una imagen (icónica o abstracta), que refuerza y da sentido al mensaje. Por ejemplo, el logotipo de Levi’s, que está compuesto por un logotipo contenido en un forma: en este caso el recorte de un bolsillo de jean. Las operaciones del tipo refuerzo semántico en esta clase de logotipos proporcionan a la marca un valor agregado especial: no sólo comunican a través de la escritura, sino que además establecen un código específico entre el lector de las mismas y el emisor de estos mensajes. El diseñador tendrá en cuenta la posición que tomará frente a este tipo de propuestas que van más alla del diseño formal de una marca, porque comparte la responsabilidad de ser emisor al igual que su comitente. Las operaciones más habituales, en cuanto a la utilización del refuerzo semántico, siempre se apoyan en la connotación, ya que el mensaje denotado estará compuesto por el nombre en sí mismo (texto), su composición y selección tipográfica y su lenguaje. En el logotipo para Mother & Child, Lubalin nos ofrece intervenir directamente en el juego de que al signo et (&) contenido en una letra O lo asociaremos con la pareja útero-bebé. Desde la comunicación, la retórica sustenta las intervenciones en el significado. Por ejemplo, en los casos de Mother & Child y Families, ambos de Lubalin, la asociación formal por analogía (o proximidad) entre la composición y la realidad de una mujer embarazada, y de la semejanza (aún siendo pictogramas con un bajo grado de iconicidad) con una familia compuesta por padre, madre e hijo, aseguran la efectividad del mensaje.
De marcas y sistemas
(documento extraido de http://www.udgba.com.ar/recursos/articulos/de-marcas-y-sistemas)
Por Carlos Carpintero
De pronto, la palabra,
que lo dice todo, ha perdido todo.
Porque lo que abarca la trasciende,
y ella, la pobre,
se rompe de tanto agrandarse.
Texto de María. 'Biografía de una esquizofrenia' FCE, México, 1982.
La identidad institucional tiene actualmente un superhéroe: la marca. Sistemático vacío significante reproducido a escala industrial.
En la marca muere la lengua. En ella se realiza la supremacía del significante sobre el significado. El significante se convierte en un dictador. Nos dicta. Y nosotros sufrimos con el sufrimiento de los significados.
El significante se vuelve sobre sí mismo y la significación resulta incierta, trastocada. Los diseñadores gráficos hemos logrado empobrecer hasta lo misérrimo la definición de logos. Enfermamos de logorrea a la sociedad.
El fenómeno es tan extenso, complejo e inasible que poco se puede decir sobre él sin caer en el reduccionismo. Recurro entonces a la metáfora para dar cuenta de fenómenos densos mediante acrobacias del discurso. Advierto: estas líneas son pura ficción. Encontrarán aquí artificios e ilusiones, promesas y mentiras. Todas las artes que tienen relación con el diseño y las marcas.
Improbable taxonomía
En la mutación de las marcas está su definición. Las marcas que no mutan desaparecen. Escenarios en mutación reclaman marcas en mutación. Ese amplio repertorio de figuras nos invade a diario. Menciono con celeridad algunos especímenes de un bestiario ilimitado.
- Marcas mudas, que no dicen nada y se limitan a la mueca. Amagan un verbo que no pronuncian.
- Marcas eco, que replican toda palabra que sobre ellas se pronuncia, apenas hilvanadas por un tono monocorde.
- Marcas autorreferenciales. Marcas que son su signo. Marcas que están en lugar de ellas mismas (si acaso fuera posible).
- Marcas máscaras. Concentradas en una misma superficie con un rostro. Un caso particular de máscara que no oculta, sino que contiene y resume; si quito la máscara no encuentro la cara real, sino la insignificancia. Un baile de máscaras al que sólo las máscaras están invitadas.
- Marcas escualo, criaturas voraces de gran dimensión, que mueren ahogadas si permanecen quietas.
Juegos
La marca nos propone un juego, extendido en un sistema, cuyas reglas ignoramos casi en su totalidad y que vamos descubriendo torpemente, a medida que avanzamos. Aprendemos embruteciéndonos.
En el juego de la marca se condensan las apuestas de sentido más altas de nuestra modernidad tardía. ¿Cómo aprender entonces sobre su hechura? Es una tarea ardua, ya que desde el estallido de la fiebre massmediática, hablar de marcas se ha vuelto dilemático.
La marca en sí no es nada. Esto no es una afirmación mística, es una idea primaria que surge del análisis de una marca (así como de los restantes elementos que integran un sistema de identidad) en tanto signo. Se ha dicho sobre las marcas: son un espacio en la mente de una persona. En esto estamos de acuerdo, si la idea es no permutar 'marca' por 'logo'. Pero no es menos cierto que esta afirmación no nos dice mucho, porque lo mismo se puede decir sobre cualquier signo. Todo lo que existe en el mundo es un espacio en la mente de una persona, incluso aquello que esa persona no está evocando en ausencia sino que tiene delante de sus ojos. Entonces, ¿cuál es la especificidad de este no-ser-en-sí que es una marca? Propongo pensar en la marca como suceso, como acontecimiento mínimo, efímero, cambiante, que entabla un nuevo contrato de lectura en cada representación. La marca sucede, acontece, se realiza, pero no 'es'. No tiene fijeza, densidad ni sustancia.
La marca desborda la lectura y el registro, satura por un instante la percepción y se ausenta con velocidad. No nos habla, no describe cosa alguna ni ofrece un relato. En ningún caso nos permite leernos como sus destinatarios primeros. Siempre somos turistas en el juego que la marca nos propone. Coleccionistas de souvenirs. Porque el territorio que la marca indica no se encuentra en ninguna parte. En este sentido, toda marca es utópica. Y su promesa, vacía.
Reniego de las virtudes ansiolíticas atribuídas a las marcas. Son placebos consumidos a sabiendas. Las buscamos. Las reclamamos. Dependemos de ellas. Son parte vital de nuestra existencia cotidiana.
La marca es un animal paradójico tramado en un sistema que se teje en el taller del diseñador. Una criatura que habría inquietado al mismo Charles L. Dodgson, personaje conocido bajo la protomarca Lewis Carroll.
Notas:
El autor es integrante de la Unión desde su inicio. Egresado de la FADU-UBA, donde ha dictado clases en las materias Diseño, Tipografía y Comunicación. Profesor titular de Diseño en UCES, titular asociado de Tipografía en UFLO y adjunto de Teoría del Diseño en la UNLA. Junto a la DG Daniela Boquete Aguiar, dirige el estudio Rema.
Este artículo es un resumen de un capítulo del libro "Sistemas de Identidad. Sobre marcas y otros artificios.", del DG Carlos Carpintero.
La obra fue editada por editorial Argonauta en noviembre de 2007, e integra la colección Diseño dirigida por el arquitecto Daniel Wolkowicz. Se encuentra a la venta en las principales librerías de Buenos Aires. Por consultas para adquirir esta y otras obras de la colección Diseño puede dirigirse a info@wolkoweb.com.ar
marca
(documento tomado de www.wolkoweb.com)
Javier Veraldi – León Scherman
¿a quién marcan?
El ganadero a su ganado… Romario marcó su quinto gol en el Mundial de 1994… Tu marcador fosforescente está señalando lo más importante del texto… Marquemos el centro del escenario… Ustedes marcaron el récord… Coca Cola Marca Registrada.
marca: Provincia, distrito fronterizo. / Instrumento que se usa para medir la estatura de las personas, medida cierta y segura que debe tener una cosa. / Acción de marcar. Señal que se hace en una persona o animal o cosa. / En ciertas pruebas deportivas, tiempo que se emplea o distancia o altura que alcanza un competidor. / Galicismo por cicatriz, señal. / Marca de fábrica: distintivo o señal que pone el fabricante a los productos de su industria. / De marca mayor o de más marca: expresión figurativa con que se declara que una cosa es excesiva en su línea y que sobrepuja a la común.
Si nos preocupáramos por encontrar el origen de esta palabra, es decir, retroceder en la historia con el fin de encontrar la primera marca, la primera necesidad de marcar, deberíamos bucear varios siglos atrás, en anécdotas universales que poco interesan. Lo que sí nos proponemos, alejados del campo del diseño, es imaginar situaciones primarias de marca, situaciones de marca espontánea.
Así podemos hablar de una marca desde yerra de un ganado, la pintura de guerra de algunas tribus indias, las huellas de un caballo, la firma de una persona, el humo de un incendio, la cicatriz de una herida…
Fuera de los distante que puedan parecer estos ejemplos, es posible encontrar algo en común: cada una de estas marcas está hablando, comunica.
Representa algo más allá de la marca misma, habla de sus referente en ausencia (la yerra, del dueño del ganado; la pintura, de guerra; las huellas, del caballo).
De esta forma, las marcas quedan planteadas como signos.
Los signos generan un estímulo cuya imagen mental está asociada en nuestro espíritu a la imagen de otro estímulo que ese signo tiene por función evocar, con el objeto de establecer una comunicación.
La función del signo es re-presentar –sustituir–, ocupar el puesto de otra evocándola a título de sustituto. Señala la ausencia del objeto de sustituido, una ausencia en sí misma. Representa algo que ya fue presentado.
Para que el signo funcione como tal debe repetirse, sin repetición no habría reconocimiento. Actúa dentro de una contexto –temporal, físico y cultural– determinado. Además, existe para un grupo de personas –receptores–.
Según la forma en que el signo representa –designa– a su referente, puede ser clasificado de la siguiente manera:
índice: mantiene relación directa con el objeto al que se refiere. No surge intencionalmente (cicatriz-herida; huella-animal; humo-fuego; relámpago-tormenta).
ícono: signo que sustituye algo tomando de éste sus rasgos pertinentes. Posee alguna semejanza o analogía con su referente pero no tiene propiedades en común con el objeto, sino con el modelo perceptivo del mismo (comic, mapa, un retrato fotográfico).
símbolo: hecho sensible que en un grupo social determinado se toma por representación de otro hecho, en virtud de una convención o por alguna analogía que el entendimiento percibe entre ellos (el símbolo de la paz, la cruz médica, los aros olímpicos).
Lo simbólico de una representación es un valor no expreso, intermediario entre la realidad reconocible y lo místico. Media entre lo consciente y lo inconsciente.
La convención puede, o no, ser arbitraria. Que la paloma simbolice la paz o el águila, agresión son convenciones pero no son arbitrarias, apelan a asociaciones inconscientes.
señal: signo que aporta una información tendiente a promover una conducta, a determinar una reacción en el receptor. Es intencional, premeditada (semáforo, barrera, señal de contramano).
Los primeros signos empleados por el hombre con el fin de darse a entender fueron los gestos, ya sea con movimientos de manos o expresiones de la cara. El lenguaje fonético representa una instancia posterior.
La vida en comunidad llevó al hombre a distinguir y señalar la propiedad de diversos objetos (nombre, firma, sello, monograma). El significado de estar marcas de propiedad se transformó cuando los animales u objetos fueron puestos a la venta en el mercado, con la economía de intercambio. El comercio incorporó el concepto de calidad a la idea de propiedad.
Por la necesidad de transportar e intercambiar se hizo necesario que las marcas identificaran los productos que se encontraban dentro de los envases, así como su origen y calidad. En la economía de mercado se hace imprescindible establecer diferencias en relación con el resto y generar una verdadera indentidad a través de una marca (gráfica).
La marca caracteriza los productos o servicios de una empresa o institución. Es la instancia primera del programa de indentidad visual.
clasificación
Podemos clasificar las marcas en:
logotipo: marca en la cual la palabra funciona como imagen.
isotipo: marca donde la imagen funciona sin texto.
isologo: interacción de logo e isotipo.
En referencia a los isotipos, es necesario tener en cuenta que dentro de la categoría existen diferencias que hacen a la posibilidad de subclasificación:
icónico: isotipo en el cual la imagen tiene rasgos que la asemejan al objeto representado.
diagramático: isotipo en el cual la imagen no tiene rasgos que la asemejan al objeto representado. Se trata de una imagen construida a partir de determinados elementos representativos del objeto, los cuales remiten al referente. Por lo general, son imágenes abstractas.
monogramático: isotipo en el cual la imagen se construye a partir del uso de la o las iniciales de la empresa representada. A través de su tratamiento formal se la carga de significación, asociándola a elementos icónicos o diagramáticos.
Es importante entender esta clasificación sin esquematismos. Los conceptos no son absolutos y muchas veces interactúan apelando a lo icónico y a lo abstracto, a lo simbólico y a lo convencional.
Como punteo básico planteamos aquí las propiedades y funciones que creemos indispensables para que un isotipo sea efectivo:
n información: transcripción fiel y segura del mensaje al receptor.
n indentificación: distinción del elemento como único en su contexto.
n representatividad: extracción de los significados más cercanos a su género.
n legibilidad: compresión rápida y correcta de las formas.
n pregnancia: capacidad de captación y participación inmediata de las formas.
n persuasión: inducción empática y seductora de las formas con el propósito de ser la mejor elección.
n síntesis: economía de recursos sin pérdida de funcionalidad y calidad.
n originalidad: aplicación de nuevas soluciones y recursos únicos.
n memorabilidad: factibilidad de alta fijación en el tiempo.
n perdurabilidad: posibilidad de permanencia y actualidad al margen de las modas (vigencia de estilo).